Algo muy común que sucede en nosotros, las personas que vamos a aprender inglés, es cuando empezamos a especular sobre como serían las palabras (terminaciones, verbos, gramática o pronunciación), y también sobre la forma de dirigirse a una persona, tal vez esto sea un limitante para aprender inglés.
Pero aquí la cuestión es, ¿Por qué muchas personas dicen que es muy difícil aprender inglés?, ¿Por qué en México a las personas les cuesta aprender inglés?
Aquí un punto que hay que entender y tener bien claro, es que los idiomas tienen algo en común, nos vemos entendiendo, por ejemplo, algunas palabras en italiano o portugués, pero… ¿por qué, si no sabemos esos idiomas?; existe una particularidad que nos une y es el latín, es decir, que el español, italiano y portugués vienen de la misma raíz, por ende, aunque no sepamos alguno de estos, podemos entender gran parte de lo que dicen.
Eso quiere decir qué si queremos aprender uno de estos, no nos será difícil aprenderlo, pero, ¿qué tiene que ver con el inglés?, pues resulta que es más difícil poder aprender un idioma que no trae la raíz del latín como es el caso del inglés, que trae raíces Germánicas, por lo cual nuestro proceso de aprendizaje puede demorar un poco más.
Entonces, ¿cómo aprender inglés?, hay que entender la parte fonética entre el español y el inglés; por ejemplo, en español existen cinco vocales, es decir cinco sonidos distintos, pero en el inglés existen cerca de doce sonidos diferentes de vocales que incluyen los cinco sonidos que nosotros conocemos pero que además incluyen otros sonidos que nos pueden ser difíciles de identificar.
Existen varios ejemplos de fonética como este, los diferentes sonidos en las palabras, y aquí es donde entra la participación de la identificación de significados y de la misma pronunciación.
En español tenemos este par de palabras “esto” y “estos”; en inglés se escriben de la siguiente manera: esto = this y estos = these.
Muchos hispanohablantes cuando pronuncian estas dos palabras lo hacen de la misma manera, que si escuchamos al pronunciarlas legalmente no hay ninguna diferencia, pero en realidad si tienen cierta diferencia; la palabra “this” tiene un sonido entre la “e” y la “i” y la palabra “these” tiene un sonido con “i”, es decir, que tiene un sonido más parecido al de nuestra “i” en el español. Este es solo un ejemplo de estos doce sonidos de vocales.
Otro ejemplo de dificultad fonética para nosotros es la diferencia entre la letra “b” y la “v”. En el español que usamos en México rara vez se puede diferenciar estas dos letras. Ejemplo, podemos decir las palabras “bota” y “vota” de la misma forma cuando legalmente son sonidos diferentes. La palabra “bota” (el sustantivo) utiliza un sonido labial porque es la “b” labial, mientras que la palabra “vota” (el verbo) tiene un sonido labiodental, es decir es un sonido que se ejecuta con los labios y con los dientes, un sonido suave y es por eso que en el español muy rara vez podemos notar esa diferencia entre estas dos letras.
En cambio, en el inglés la diferencia si debe de existir; no es lo mismo decir “berry” (baya, fruto, grano) que “very” (muy) y si hablamos en contexto podemos entender el significado de las palabras, los sonidos no son correctos.
Otro par de sonidos que se nos dificultan a los hispanohablantes son el sonido de la “CH” y “SH”. Para nosotros no hay diferencia, mucha gente lee la palabra “shampoo” y lo pronuncian como si fuera sonido con “ch” porque para nosotros no es habitual utilizar el sonido de la “sh”. Normalmente el sonido de la “ch” es un sonido cortante y explosivo, mientras que el sonido de la “sh” es un sonido más pausado y suave.
Así que si queremos decir “chop” (picar) y shop (tienda) hay una diferencia sonora marcada que muy bien puede pasar desapercibido por el hispanoparlante que puede pronunciar ambas palabras con sonido “ch”, lo cual no está correcto, cada palabra tiene su sonido y pronunciación.
Otro aspecto fonético que se nos dificulta bastante es el sonido de la “th” por ejemplo en palabras como, think (pensar), through (mediante) y thin (delgado) es un sonido que regularmente la gente lo confunde con un sonido de “s”. Se habrán recordado de aquel comercial que decía “I don´t think so”, bueno pues las personas lo pronuncian con sonido de “s” pero en realidad es con sonido “th”. Así que la “th” es otro ejemplo fonético del inglés que hacen que ese proceso de aprendizaje o de escucha sea más difícil para nosotros.
Bueno, hemos hablado ya de vocales y de diferentes sonidos en las palabras, pero qué crees, también pasa con las consonantes, su sonido al final de las palabras.
Palabras como walked (caminó), thought (pensó), bought (comprado), stopped (detenido) y leaked (filtrado) son sonidos que en español rara vez pronunciamos correctamente. Entonces, fonéticamente ya tenemos un trabajo bastante difícil porque nos toca adaptarnos no solamente a escuchar e identificar esos sonidos si no también replicarlos.
Para las personas jóvenes es mucho más fácil incluso porque fisiológicamente más o menos cada diez años nosotros perdemos capacidad auditiva, es decir, perdemos cierta capacidad de diferenciar cierto tipo de frecuencias y tristemente son frecuencias que corresponden a los sonidos del inglés y de otros idiomas que no comparten la raíz latina, pero ojo, esto no debe de ser un motivo para dejar de aprender; si realmente tenemos el deseo, la motivación y estamos dispuestos a invertir el tiempo podemos aprender el idioma y en muchas ocasiones incluso el acento no es un elemento importante.
Si podemos aprender a comunicarnos de una manera fluida y natural podemos sonar muy bien, pero si en nuestras manos y en nuestros recursos está el poder mejorar, les aseguro que será mucho más fácil el proceso y seguramente vamos a sonar mucho mejor.
Así que si en algún momento van a estarse preguntando ¿Por qué diantres nos da tanta dificultad este idioma?, ya entienden parte de la respuesta. A manera de información cuando aprendemos otro idioma tenemos que aprender a pensar diferente y eso se convierte en un proceso que empieza a generar toda una cantidad de conexiones sinápticas que normalmente no tenemos y que mejoran muchísimo nuestro proceso de pensamiento. La buena noticia: cuando una persona quiere aprender un idioma extranjero se vuelve un poco más inteligente, mucho más si aprende dos, tres o cuatro.
La capacidad de comunicarnos es una capacidad nata del ser humano, pero si tenemos un claro entendimiento de cómo funcionan estos procesos, seguro podemos poner todo esto a nuestro favor.
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